Se realizan incisiones alrededor de la areola y en la piel de la mama. El tejido glandular se reduce de tamaño y en manera similar en ambos pechos. La areola y el pezón se recolocan más arriba de manera que pierden su flacidez y la piel se sutura, eliminando la que sobra. La persona no pierde sensibilidad en los pechos y no afecta mayormente a la capacidad de lactancia, aunque debe reconocerse que algunas mujeres no podrán amamantar a sus hijos por otros motivos, independientes de la cirugía.

La cicatriz puede ser en forma de ancla o bien en forma de” L” hacia la axila, dejando la zona del escote libre de cicatriz.

La duración de la reducción mamaria es ente 2 y 3 horas, bajo anestesia general, pudiendo quedar ingresadas en el hospital.

Este procedimiento es útil para aquellas mujeres que presentan molestias por el tamaño y peso de los senos, que limitan la actividad diaria, la práctica del deporte, o quienes sientan molestias severas y dolor.

Al acabar la intervención se coloca además de un sujetador anatómico que mantendrá durante un mes y un vendaje compresivo, que se retira a las 48 horas, lo cual asegura la correcta posición de los implantes y la protección de la herida. será sustituido por un sujetador. Podrá volver a su trabajo en una o dos semanas, aunque podrá hacer vida normal a los pocos días.

La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita. Aproximadamente a los 20 días se retirará la sutura intradérmica. Puede ducharse normalmente a partir de los 4 días, aunque no convienen los baños hasta la retirada de los puntos.

Tras la cirugía de reducción de mamas es normal encontrarse algo cansada unos días, pero podrá hacer vida normal. La mayoría de las molestias se controlan bien con la medicación prescrita, aunque pueden doler un par de semanas o con la primera menstruación.

Se recomienda no realizar ejercicios bruscos ni coger peso durante los primeros días.