Clínica Medivás

Fístula Arteriovenosas para Diálisis

Fístulas Arteriovenosas para Diálisis

 

Las fístulas arteriovenosas que se crean para tener un acceso para Hemodiálisis (en pacientes con Enfermedad Renal Crónica) las realiza el Cirujano vascular, y tienen la característica de conectar una vena superficial (como las que se ven y se puncionan cuando se va a hacer una analítica) con una arteria, normalmente en los brazos.

Esto consigue un paso de sangre relativamente rápido en una zona accesible y con pocas complicaciones para su punción, lo que permite que la sangre pueda salir con facilidad y retornar tras su limpieza en una máquina de diálisis.

Siempre que sea posible se intentará planificar la fístula en el brazo no dominante (por ejemplo, en pacientes diestros se priorizará la realización en el brazo izquierdo y viceversa), y lo más cerca de la mano posible.

En caso de que las venas no tengan el grosor suficiente, puede ser necesaria la colocación de una prótesis vascular, que también permite su punción y la diálisis a través de la misma. Lo normal es que la fístula se pueda empezar a utilizar a partir de 4-6 semanas tras su realización (cuando consideramos que «ha madurado»).

Es importante un seguimiento estricto por Nefrología en pacientes con enfermedad renal crónica y adelantarnos al inicio de la diálisis para la realización de la fístula mediante la derivación a un Cirujano Vascular.
De esta forma, cuando el paciente necesite empezar con terapia de diálisis, la fístula ya estará madura y podrá utilizarse, evitando así la colocación de dispositivos como catéteres centrales que pueden conllevar complicaciones importantes.

 

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