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Piernas hinchadas en el embarazo: ¿por qué sucede y cómo aliviarlo?

Piernas hinchadas en el embarazo: ¿por qué sucede y cómo aliviarlo?

Durante el embarazo, el cuerpo atraviesa una transformación impresionante, y uno de los síntomas más comunes (aunque poco glamorosos) es la hinchazón de piernas y tobillos, también conocida como edema. Si estás embarazada y sientes que tus piernas ya no son las mismas al final del día, no estás sola. Este malestar es muy frecuente, especialmente en el tercer trimestre.

¿Por qué se hinchan las piernas en el embarazo?

La hinchazón se debe a una combinación de factores:

Aumento del volumen sanguíneo: Tu cuerpo produce hasta un 50% más de sangre para alimentar al bebé.

  • Presión del útero sobre las venas pélvicas: Esto dificulta el retorno de la sangre desde las piernas hacia el corazón.
  • Cambios hormonales: Las hormonas del embarazo, como la progesterona, relajan las paredes de los vasos sanguíneos, favoreciendo la acumulación de líquidos.
  • Retención de líquidos: Es completamente normal durante el embarazo, pero puede hacer que te sientas más pesada y con los tobillos como globos.

¿Cuándo es más común?

  • En climas calurosos.
  • Al final del día o tras estar mucho tiempo de pie o sentada.
  • A partir del segundo trimestre, y más intensamente en el tercero.

¿Cómo aliviar y prevenir la hinchazón?

Aquí te dejamos algunos consejos prácticos y seguros:

 1. Eleva tus piernas

Cuando descanses, pon las piernas en alto, idealmente por encima del nivel del corazón. Esto ayuda a que la sangre fluya de regreso y reduce la acumulación de líquidos.

 2. Evita estar mucho tiempo de pie o sentada

Si trabajas sentada, trata de levantarte y caminar cada hora. Si estás mucho tiempo de pie, haz pausas para sentarte y estira las piernas.

 3. Usa ropa cómoda y holgada

Evita medias o pantalones que aprieten las piernas. Las medias de compresión para embarazadas pueden ser una excelente opción: ayudan a mejorar la circulación y reducen la hinchazón.

 4. Hidrátate

Beber suficiente agua no causa más hinchazón, al contrario, ayuda al cuerpo a eliminar el exceso de líquidos.

 5. Cuida tu alimentación

Reduce la sal, que favorece la retención de líquidos, e incorpora alimentos ricos en potasio (como el plátano, aguacate, espinaca o papas) para equilibrar los electrolitos.

 6. Date baños de agua fría

Sumergir los pies y piernas en agua fría durante 10-15 minutos puede proporcionar un alivio casi inmediato.

 7. Haz ejercicio suave

Caminar, nadar o hacer yoga prenatal ayuda a mejorar la circulación y alivia la presión en las piernas.

¿Cuándo consultar al médico?

Aunque la hinchazón leve es normal, hay ciertos signos que no debes ignorar:

    • Hinchazón súbita o excesiva en la cara, manos o piernas.
    • Dolor en una sola pierna, especialmente si viene acompañado de enrojecimiento o calor.
    • Dolor de cabeza intenso, visión borrosa o presión arterial alta.

Estos pueden ser signos de condiciones como preeclampsia o una trombosis venosa profunda, y requieren atención médica inmediata.

En resumen:

La hinchazón de piernas en el embarazo es incómoda, pero normalmente es temporal y manejable. Con algunos cambios en tu rutina diaria y cuidados sencillos, puedes sentirte más ligera y cómoda mientras esperas a tu bebé.

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¿Cuándo utilizar medias compresoras?

¿Cuándo utilizar medias compresoras?

Las medias compresoras, también conocidas como medias de compresión, han dejado de ser un accesorio exclusivo para personas mayores o pacientes con problemas circulatorios. Hoy en día, son utilizadas por deportistas, personas con trabajos de pie o sedentarios, y viajeros frecuentes. Pero, ¿realmente sabes cuándo deberías usarlas?

¿Qué son las medias compresoras?

Son prendas diseñadas para ejercer presión gradual en las piernas, especialmente en los tobillos y pantorrillas, ayudando a mejorar el flujo sanguíneo de retorno al corazón. Esta compresión controlada ayuda a prevenir y tratar diversos problemas circulatorios.

¿Cuándo se recomienda su uso?

1. Problemas de circulación

Si sufres de varices, insuficiencia venosa crónica o trombosis venosa profunda (TVP), las medias compresoras son una herramienta fundamental. Ayudan a reducir la hinchazón, el dolor y a prevenir complicaciones mayores.

2. Durante el embarazo

Muchas mujeres embarazadas experimentan hinchazón en las piernas, calambres o aparición de varices. Usar medias de compresión puede aliviar estos síntomas y mejorar el confort diario.

3. Después de cirugías o durante tratamientos médicos

Médicos y fisioterapeutas suelen recomendar medias compresoras tras ciertas cirugías o tratamientos que pueden afectar la circulación, como las cirugías ortopédicas o vasculares.

4. Largas jornadas de pie o sentado

Si trabajas muchas horas de pie (como enfermeros, profesores o vendedores) o sentado (como conductores, oficinistas o desarrolladores), las medias compresoras pueden prevenir la fatiga y la hinchazón en las piernas.

5. Viajes largos en avión, tren o coche

En vuelos largos o viajes donde no puedes moverte con frecuencia, aumenta el riesgo de trombosis. Las medias de compresión ayudan a reducir este riesgo manteniendo la circulación activa.

6. Deporte y recuperación

Muchos atletas las usan para mejorar el rendimiento y acelerar la recuperación muscular después del ejercicio. Aunque los estudios son variados, muchos reportan menos dolor post-ejercicio al usarlas.

¿Qué tipo de media compresora necesito?

No todas las medias son iguales. Existen diferentes niveles de compresión, medidos en mmHg (milímetros de mercurio). Algunos ejemplos:

  • Compresión ligera (8–15 mmHg): Uso diario o prevención.

  • Compresión moderada (15–20 mmHg): Para viajes o fatiga leve.

  • Compresión firme (20–30 mmHg): Problemas circulatorios leves a moderados.

  • Compresión extra fuerte (30–40 mmHg o más): Solo bajo prescripción médica.

Las medias compresoras no son solo para personas con problemas médicos. Son una herramienta útil para mejorar la salud circulatoria en muchas situaciones del día a día. Si tienes dudas sobre su uso o el tipo adecuado para ti, lo mejor es consultar con un profesional de la salud.

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Mejora tu circulación sanguínea a través de la alimentación: hábitos que marcan la diferencia

Mejora tu circulación sanguínea a través de la alimentación: hábitos que marcan la diferencia

Una buena circulación sanguínea es esencial para mantenernos sanos y llenos de energía. El sistema circulatorio es el encargado de transportar oxígeno y nutrientes a cada célula del cuerpo, y cuando no funciona bien, pueden aparecer síntomas como piernas cansadas, hinchazón, manos frías o incluso problemas más serios como várices y enfermedades cardiovasculares.

La buena noticia es que no necesitas una medicina mágica: la alimentación es una de las herramientas más poderosas para cuidar tu circulación. Aquí te contamos qué incluir en tu dieta diaria para mantener tus arterias y venas en excelente forma.

1. Alimentos ricos en antioxidantes

Los radicales libres pueden dañar las paredes de los vasos sanguíneos. Para protegerlas, necesitas antioxidantes, que se encuentran en:

  • Frutas rojas (fresas, arándanos, cerezas, granadas): ricas en antocianinas, que fortalecen los capilares.

  • Cítricos (naranjas, limones, toronjas): altos en vitamina C, fundamental para la formación de colágeno en los vasos.

  • Vegetales verdes como la espinaca y el brócoli: aportan vitamina K, que ayuda a la coagulación adecuada de la sangre.

2. Grasas saludables para arterias flexibles

No todas las grasas son malas. Las grasas insaturadas ayudan a mantener las arterias limpias y flexibles:

  • Aguacate

  • Aceite de oliva extra virgen

  • Nueces y semillas

  • Pescados grasos (salmón, atún, sardinas): ricos en omega-3, que reducen la inflamación y los niveles de triglicéridos.

3. Alimentos que mejoran la fluidez de la sangre

Algunos ingredientes naturales tienen propiedades anticoagulantes suaves, ideales para mejorar la circulación:

  • Ajo crudo: reduce la presión arterial y mejora el flujo sanguíneo.

  • Cúrcuma: su compuesto activo, la curcumina, tiene efectos antiinflamatorios.

  • Jengibre: ayuda a prevenir la formación de coágulos.

4. Hidratación: la clave olvidada

Una sangre bien hidratada fluye con más facilidad. Beber entre 1.5 y 2 litros de agua al día ayuda a evitar que la sangre se vuelva espesa, lo que dificulta su circulación. También puedes incorporar:

  • Té verde o infusiones como diente de león, que además tienen efectos diuréticos suaves.

  • Agua con limón: una forma sencilla de comenzar el día ayudando al sistema circulatorio.

5. ¿Qué alimentos evitar?

Así como hay alimentos que ayudan, hay otros que pueden empeorar la circulación:

  • Grasas trans y saturadas (comidas ultraprocesadas, embutidos, frituras).

  • Exceso de sal: favorece la retención de líquidos y aumenta la presión arterial.

  • Azúcares añadidos: contribuyen al sobrepeso, que es un factor de riesgo para problemas circulatorios.

Consejos extra: complementa tu dieta con movimiento

Una alimentación saludable debe ir acompañada de actividad física. Caminar, nadar o hacer yoga favorecen el retorno venoso, especialmente en las piernas. Si trabajas muchas horas sentado, levántate al menos cada hora para estirar las piernas.

Cuidar la circulación no tiene por qué ser complicado. Incluir alimentos ricos en antioxidantes, grasas saludables y especias naturales, mientras reduces el consumo de ultraprocesados, puede marcar una gran diferencia. Tu cuerpo lo notará: más energía, menos hinchazón, y una sensación general de bienestar.

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¿A qué edad aparecen las primeras varices y qué hacer si las detectas?

¿A qué edad aparecen las primeras varices y qué hacer si las detectas?

Las varices son venas dilatadas, retorcidas y visibles que suelen aparecer en las piernas y los pies. Aunque pueden afectar a personas de diferentes edades, generalmente las primeras varices suelen aparecer entre los 30 y 40 años. Sin embargo, factores como la genética, el estilo de vida, el embarazo, el peso y la actividad física pueden influir en su aparición y en la edad en que se manifiestan.

¿Cómo detectar las varices?

Es importante estar atento a los signos tempranos para actuar a tiempo. Algunas formas de detectarlas son:

  • Venas visibles: venas azules o moradas que se ven claramente bajo la piel, especialmente en las piernas.
  • Sensación de pesadez: sentir las piernas cansadas, pesadas o con sensación de ardor.
  • Hinchazón: hinchazón en los tobillos o en las piernas.
  • Dolor o calambres: molestias que empeoran al final del día o después de estar mucho tiempo de pie.
  • Cambios en la piel: en casos avanzados, puede aparecer picazón, enrojecimiento o cambios en el color de la piel alrededor de las venas.

¿Qué hacer si notas que tienes varices?

Si detectas alguna de estas señales, lo mejor es consultar a un especialista en salud vascular o un médico. Ellos podrán evaluar tu situación y recomendarte el tratamiento adecuado, que puede incluir:

  • Cambios en el estilo de vida: mantener un peso saludable, hacer ejercicio regularmente, evitar estar mucho tiempo de pie o sentado, y elevar las piernas cuando puedas.
  • Medias de compresión: usar medias especiales que ayudan a mejorar la circulación.
  • Tratamientos médicos: en casos más avanzados, pueden recomendarse procedimientos como escleroterapia, láser o cirugía para eliminar o reducir las varices.

Recuerda que detectar y tratar las varices a tiempo puede prevenir complicaciones y mejorar tu calidad de vida. ¡No dudes en consultar a un profesional si tienes dudas o síntomas!

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